Mientras que la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) ha emitido directrices sobre la distracción del conductor para abordar las fuentes visuales y manuales de distracción, actualmente no existen normas que se apliquen exclusivamente a la distracción cognitiva. En junio, se publicó una investigación que sugiere que el cambio a interacciones basadas en voz en los vehículos puede tener la consecuencia no deseada de afectar negativamente la seguridad vial.
El objetivo del estudio, patrocinado por la Asociación Americana del Automóvil (AAA), fue establecer un marco estandarizado para medir y comprender la distracción cognitiva en el vehículo. Treinta y dos participantes, con edades entre 18 y 33 años, participaron en el estudio que consistió en tres experimentos.
El primer experimento sirvió como control en el que los participantes realizaron ocho tareas sin la operación concurrente de un vehículo motorizado. En el segundo experimento, los participantes realizaron las mismas ocho tareas mientras operaban un simulador de conducción de alta fidelidad. En el tercer experimento, los participantes realizaron las ocho tareas mientras conducían un vehículo instrumentado en una zona residencial de una ciudad.
En cada experimento, las tareas involucraron;
- Una condición base de tarea única (es decir, sin tarea secundaria concurrente)
- Escuchar la radio de forma concurrente
- Escuchar un libro en cinta de forma concurrente
- Conversación concurrente con un pasajero sentado junto al participante
- Conversación concurrente en un teléfono celular de mano
- Conversación concurrente en un teléfono celular manos libres
- Interacción concurrente con un sistema de correo electrónico con interfaz de voz a texto
- Realización concurrente de una versión auditiva de la tarea Operation Span (OSPAN)
Con la excepción de la condición del teléfono celular de mano, cada tarea permitía al conductor mantener sus ojos en la carretera y las manos en el volante, por lo que cualquier deterioro en la conducción debe ser resultado de fuentes cognitivas asociadas con la distracción de la tarea de operar el vehículo.
Los datos se utilizaron para desarrollar un sistema de clasificación para la distracción cognitiva donde la conducción sin distracciones con tarea única representaba el extremo bajo (Categoría 1), y la tarea OSPAN representaba el extremo alto (Categoría 5) de la escala. Las actividades dentro del vehículo como escuchar la radio (1.21) o un audiolibro (1.75) se asociaron con un pequeño aumento en la distracción cognitiva, las actividades de conversación de hablar con un pasajero en el vehículo (2.33) o charlar con un amigo en un teléfono celular de mano (2.45) o manos libres (2.27) se asociaron con un aumento moderado en la distracción cognitiva, y la condición de voz a texto (3.06) tuvo una alta calificación de distracción cognitiva. Estos hallazgos pueden usarse para ayudar a crear políticas basadas en la ciencia sobre las distracciones del conductor, particularmente en lo que respecta a la distracción cognitiva resultante de la desviación de la atención hacia otras actividades concurrentes en el vehículo.
Cada vez más, los fabricantes de automóviles y proveedores externos ofrecen a los consumidores la capacidad de utilizar comandos de voz para controlar desde funciones del vehículo hasta hacer reservas para cenar. La información recopilada en este estudio muestra que dicha interacción basada en voz, en algunos casos, causó deterioros en la conducción similares a los asociados con la conducción bajo los efectos del alcohol. La lección que se debe aprender es que manos libres no necesariamente significa libre de riesgos.
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