Investigación realizada por un equipo del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan sugiere que las personas que han sufrido una lesión cerebral traumática (TBI) pueden tener un riesgo ligeramente mayor de sufrir un derrame cerebral en el futuro. Hay dos tipos principales de TBI; lesiones penetrantes y lesiones cerradas en la cabeza. En una lesión penetrante en la cabeza, un objeto extraño entra en el cerebro y causa daño a lo largo del camino que recorre, esto podría incluir una herida de bala, un clavo u otro objeto afilado. El otro tipo principal de TBI es una lesión cerrada en la cabeza. Una lesión cerrada en la cabeza resulta de un golpe en la cabeza consistente con accidentes automovilísticos, como cuando la cabeza golpea el parabrisas o el tablero. De hecho, los accidentes automovilísticos son una de las principales causas de TBI, y el tipo más común de lesión cerrada en la cabeza por un accidente automovilístico es una conmoción cerebral. Para el estudio en U-M, los investigadores examinaron los registros médicos de adultos que visitaron la sala de emergencias o que fueron admitidos en un hospital por TBI u otra lesión sin lesión cerebral durante un período de cinco años. Se estudiaron 435,630 personas con TBI y 736,723 personas con trauma sin lesión cerebral. En promedio, 28 meses después de sus lesiones, el 1.1 por ciento de los sujetos con TBI sufrieron un derrame cerebral, en comparación con el 0.09 por ciento de aquellos con trauma sin lesión cerebral. Los derrames cerebrales isquémicos, donde el flujo sanguíneo a una parte del cerebro se bloquea, representan el ochenta por ciento de todos los derrames cerebrales. Después de ajustar los factores que pueden influir en el riesgo de derrame cerebral, como la presión arterial alta y el colesterol, la edad, las enfermedades cardíacas y la gravedad del trauma, los investigadores encontraron que las personas con lesión cerebral traumática tenían más probabilidades de sufrir un derrame cerebral que aquellos con trauma sin lesión cerebral. James F. Burke, M.D., un profesor clínico en el departamento de Neurología de la Escuela de Medicina de U-M, dice que aunque el riesgo de derrame cerebral para una persona con TBI es relativamente insignificante, la correlación general entre TBI y derrame cerebral fue significativa, tan grande como la relación entre derrame cerebral y presión arterial alta, el factor de riesgo de derrame cerebral más fuerte. El Dr. Burke dice: “Si más investigaciones establecen TBI como un nuevo factor de riesgo para el derrame cerebral, eso estimularía la investigación para ayudarnos a comprender qué causa el derrame cerebral después de TBI y ayudarnos a aprender cómo prevenir estos derrames cerebrales”.
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