Gracias a los grupos de concienciación y activistas contra la conducción en estado de ebriedad, el número de personas muertas o heridas como resultado de conductores ebrios ha disminuido en los últimos años. Sin embargo, la conducción bajo los efectos de drogas, ya sean ilegales o recetadas, sigue siendo un problema. Tomar drogas, incluso medicamentos recetados, afectará tus habilidades de conducción. Los conductores drogados pueden sufrir de tiempos de reacción más lentos, comportamiento errático y agresivo, incapacidad para concentrarse, náuseas, alucinaciones, ataques de pánico, paranoia, temblores, somnolencia, mareos y fatiga.
Cuando ocurre un accidente automovilístico y el oficial que responde sospecha de la incapacidad del conductor, puede ordenar que se realice una prueba para detectar la presencia de drogas en el torrente sanguíneo, ya sea a través de pruebas de sangre o de orina.
Cada estado tiene restricciones específicas de nivel de alcohol en sangre para regular la conducción en estado de ebriedad, pero es mucho más difícil regular la conducción bajo los efectos de drogas por una variedad de razones:
• La gran cantidad de drogas ilícitas y recetadas que causan incapacidad • El grado variable de incapacidad en individuos por la misma droga • Dificultad para probar cada droga por posibles incapacidades • Variación en la cantidad de tiempo que las drogas permanecen en el torrente sanguíneo
Muchos medicamentos recetados y de venta libre pueden afectar la capacidad de un conductor para operar un vehículo de manera segura. Somnolencia, juicio alterado y falta de confianza en uno mismo son solo algunos de estos efectos. Estos efectos pueden ser amplificados si el medicamento no se toma según las instrucciones. Alterar las dosis o frecuencias nunca es una buena idea. A menudo, estos efectos son de corta duración, por lo que es posible abstenerse de conducir hasta que se pueda hacer de manera segura.
Es responsabilidad de cada conductor asegurarse de que están en condiciones de operar un vehículo antes de ponerse al volante. Todos los medicamentos tienen etiquetas de advertencia que informan a los pacientes sobre los riesgos asociados con su consumo y advierten contra la conducción o el manejo de maquinaria pesada. La mejor manera de asegurarse de que un medicamento es seguro es preguntar a su proveedor de atención médica o farmacéutico. Ellos pueden aconsejarle sobre cómo tomar su medicamento de manera segura sin poner en riesgo la seguridad de nadie al conducir bajo los efectos de drogas.