La mayoría de nosotros ajustaremos automáticamente nuestros relojes una hora adelante en observancia del Horario de Verano y, además de sentirnos un poco somnolientos a la mañana siguiente, no le daremos más importancia. Sin embargo, ajustar su reloj el sábado por la noche o el domingo por la mañana podría dejarle con un déficit de sueño de 40-60 minutos para el lunes por la mañana, y es esta pérdida aparentemente insignificante de sueño la que puede causar problemas.
La investigación muestra que el lunes y el martes después del cambio de hora, nuestro riesgo de tener un accidente automovilístico aumenta en un 6%. Las personas somnolientas que se despiertan y conducen al trabajo en la oscuridad son más propensas a sufrir accidentes. Nuestra probabilidad de sufrir un accidente laboral también aumenta, al igual que la gravedad de esos accidentes. En los días siguientes al cambio a Horario de Verano, la productividad en el lugar de trabajo tradicionalmente disminuye, con un aumento documentado en el “ciberdescanso”.
El Horario de Verano se promulgó durante la Primera Guerra Mundial para disminuir el uso de energía. Benjamin Franklin fue el primero en abogar por esta práctica en 1784 porque notó que la gente usaba velas por la noche y dormía hasta el amanecer. Al cambiar la hora en una hora durante el verano, quemarían menos velas y no dormirían durante la luz del sol de la mañana.
Sin embargo, algunos observadores no ven más que desventajas en sus datos para adelantar los relojes, llegando incluso a llamar al lunes después del cambio de hora “Lunes Somnoliento” o “Lunes Arriesgado”. El martes y el miércoles son más peligrosos de lo habitual. Sin embargo, los riesgos comienzan a disminuir a medida que avanza la semana.
Además, el cambio de hora no ahorra energía. Al facilitar más tiempo al aire libre, en realidad nos incita a gastar más dinero en parques de diversiones y eventos deportivos locales, y pasar más tiempo por las noches nos lleva al cajero automático y a la gasolinera con más frecuencia.
Los impactos del Horario de Verano probablemente estén relacionados con el ritmo circadiano interno de nuestro cuerpo, nuestros “relojes” internos. Los problemas con el Horario de Verano son peores en la primavera, cuando todos acabamos de perder una hora de sueño. El sol sale más tarde, lo que dificulta despertar por la mañana. Esto se debe a que restablecemos nuestros relojes corporales utilizando la luz. Cuando estas señales cambian abruptamente, causa confusión. Para ayudar a compensar esta confusión, intente acostarse una hora antes cuando adelante su reloj.