Desde 2008, cuando la recesión golpeó, más empresas en Washington han recurrido a contratar empleados temporales como una forma de cubrir sus necesidades de empleo sin hacer compromisos. Esta tendencia ha tenido un impacto en el mercado laboral y la industria de empleo temporal emplea a 2,8 millones de trabajadores. Sin embargo, parece que hay un precio humano a pagar por el empleo temporal; los empleados temporales corren un mayor riesgo de sufrir lesiones en el trabajo.
Las razones pueden estar relacionadas con la falta de capacitación adecuada. Los archivos de OSHA revelaron situaciones en las que trabajadores no capacitados fueron puestos en situaciones en las que resultaron heridos. Especialmente en trabajos temporales de cuello azul, se les pide rutinariamente a trabajadores no capacitados y sin habilidades que realicen trabajos peligrosos operando maquinaria, manipulando productos químicos peligrosos o trabajando en entornos hostiles. Cuando resultan heridos, la agencia de empleo temporal y la empresa que realiza los trabajos a menudo discuten sobre quién es responsable.
Desafortunadamente, muchas empresas rutinariamente ponen las ganancias antes de la seguridad de sus trabajadores y tratan a los trabajadores temporales como “desechables”. Los trabajadores temporales suelen trabajar en máquinas o completar tareas para las que no han sido capacitados adecuadamente. Como tal, muchos trabajadores temporales resultan heridos en los primeros tres meses de ser contratados.
Los trabajadores temporales corren el riesgo de sufrir electrocución, amputación, laceraciones, fracturas, lesiones graves en la cabeza y el cuello y más. Cuanto más físico es el trabajo, mayor es la tasa de lesiones. Un estudio de 2010 sobre reclamos de compensación para trabajadores en el estado de Washington encontró que los trabajadores temporales en los oficios de construcción y fabricación tenían el doble de reclamos que los trabajadores regulares. Cuando un trabajador temporal resulta herido, la agencia temporal debe pagar la compensación al trabajador, pero a menudo retrasan el pago de los reclamos mientras los trabajadores temporales sufren.
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